sábado, 12 de octubre de 2013

Sexo en el baño, el ideal para salir de la rutina

¿Quién no ha soñado con un encuentro erótico en lugares poco comunes? De hecho, una de las fantasías más frecuentes es el sexo en el baño público, ya sea dentro de un bar o restaurante. Para esos intrépidos en Italia es legal tener sexo en este tipo de espacios desde 2005. Sí, siempre y cuando se haga con la puerta cerrada, no griten demasiado y no tengan problema con los olores ajenos.
Dicen que el antecedente de esta "libertad legal" se debe a que una pareja de suizos fue arrestada luego de que el dueño de un bar los sorprendió en plena faena. Después de un largo juicio las autoridades italianas dictaminaron que no había falta moral porque la puerta estaba cerrada.


Sinceramente soportar el aroma de algunos baños públicos ya convierte esta práctica en un deporte extremo. Ni pensar en voltear y analizar las manchas que ahí se encuentran, ¡mucho menos recargarse en el excusado! Sí, el baño público es para los muy osados, pero eso no significa que te pierdas de disfrutar del erotismo que envuelve "el trono".
Un baño limpio y confiable puede ser un lugar increíble para explotar al máximo la lujuria de los amantes. En él encontrarás múltiples posibilidades y podrás volver realidad tus fantasías. Baja la tapa del inodoro y tendrás un sillón cómodo para el encuentro, tan útil como aquellos pensados específicamente para el acto.
¿Te gusta el sexo húmedo? En la regadera tendrás tantas opciones como tu imaginación lo permita. Además, bañarse juntos se convierte en un acto de unión, no solo física sino emocional. Y qué decir del lavamanos, muy buen recurso para las parejas que tienen estaturas diferentes.
Adéle Boissard, a través de su personaje Christine en la novela Pasiones de mujeres, asegura que "cuando una pareja se mete al baño para hacer el amor le devuelve a la habitación su dignidad perdida (?) Se transforma en lugar de encuentro, de la corporeidad propia y de la del otro".
Si estás en un baño ajeno, digamos en casa de tus suegros, la adrenalina de ser descubiertos le dará un plus al encuentro. Por más que se escuchen ruidos extraños, en el baño gozarás de una privacidad inigualable, nadie se atreverá a abrir esa puerta porque implica una falta grave de respeto. Además, es muy fácil poner excusas si tardas en salir: puedes decir que te cayó mal la comida o estabas leyendo una revista.
El baño es un lugar ideal para salir de la rutina sin tener que gastar un solo centavo.

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