Los médicos de un hospital de Pekín encontraron una taraxacum (una planta con flores conocidas comúnmente como dientes de león, panaderos o ásteres) que crecía en el oído de una niña de 16 meses.
Los padres de la indicaron que su hija se quejaba de dolor en el oído en los últimos cuatro meses, y después vieron que una planta de dos centímetros empezaba a florecer en el órgano auditivo.
Los médicos se quedaron perplejos ante este inusual descubrimiento. La planta había ocupado por completo el conducto auditivo externo; de haberlo hecho totalmente, habría causado serios problemas a la de la niña.
Además explicaron que el ambiente cálido y húmedo en la parte externa de este órgano contribuyó a que la planta creciera.
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